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¿Qué es el Glaucoma, Causas y Síntomas?
El término “glaucoma” se usa para hacer referencia a un grupo de trastornos del ojo que provocan daño al nervio óptico, el cual lleva la información del ojo hasta el cerebro. Por lo general, el glaucoma presenta escasos o ningún síntoma inicial por lo cual se le llama “el enemigo silencioso de la visión“.
Información relevante sobre el Glaucoma
Según la Organización Mundial de la Salud, actualmente el glaucoma es la principal causa de ceguera a nivel mundial.
Aproximadamente hay unos 60 millones de afectados y en diez años esta cifra superará los 80 millones de personas. El 50 % de los pacientes que la padecen, desconocen que tienen la enfermedad y no lo sabrán hasta que se encuentre en estadios terminales y ya sea demasiado tarde.
Por esto, algo tan sencillo como una detección temprana es la clave para diagnosticar y tratar a tiempo esta enfermedad.
En la mayoría de los casos, el glaucoma no presenta dolor ni otros síntomas que faciliten su detección. Sin embargo, la aparición de glaucoma de ángulo cerrado agudo sí puede acompañarse de síntomas repentinos como los que te nombramos a continuación:
¿Sientes algo así?
Visión borrosa
Dolor de cabeza principalmente al despertar
Visualización de halos rodeando las luces
Dolor intenso en el ojo
Náuseas y vómitos
¿Cómo se puede prevenir el Glaucoma?
Además de la detección temprana que ya mencionamos anteriormente, existe el tratamiento con fármacos que deberá formular el oftalmólogo y los tratamientos con láser, que serán indicados para minimizar el riesgo. La presión intraocular juega un rol fundamental en la patogenia y las características de la pérdida visual producida por el glaucoma, por esto, el tratamiento actual busca prevenir ese daño en la estructura del nervio óptico, para preservar el campo visual, persiguiendo mantener la calidad de vida del paciente. Esto se conocerá en el momento de la cita de valoración y de allí la importancia de asistir a Optiláser, por lo menos una vez al año. Recuerda que si tienes antecedentes familiares de glaucoma, existe un riesgo potencial de desarrollarlo.
Medicamentos
Cada vez aparecen en el mercado nuevos fármacos que buscan mantener una adecuada reducción en la presión intraocular sin fluctuaciones, evitando efectos adversos y mejorando la adherencia al tratamiento.
Tratamientos Láser para el Glaucoma
Nuevas herramientas terapéuticas como la trabeculoplastia selectiva láser (SLT), la trabeculoplastia con láser de argón (ALT) y las técnicas mínimamente invasivas aumentan las posibilidades de evitar la ceguera por glaucoma. El tratamiento que se indique, dependerá del tipo de Glaucoma y la gravedad de la enfermedad.
Visita anualmente a tu especialista en salud visual en Optiláser.
Conoce sobre el Glaucoma
¿Qué sucede en el ojo?
El glaucoma se divide en dos categorías principales: glaucoma de ángulo abierto y glaucoma de ángulo cerrado. Cuando decimos “ángulo”, nos referimos al ángulo de drenaje interno en el que que el iris coincide con la córnea cuya función es controlar la salida del fluido que se produce constantemente dentro del ojo: el humor acuoso.
Si el ángulo es amplio y abierto, tal como debe ser, pero los canales de drenaje se obstruyen con el tiempo, estamos ante un glaucoma de ángulo abierto. Pero si el ángulo de drenaje es angosto y el fluido no llega fácilmente a él, estaríamos ante un glaucoma de ángulo cerrado.
Factores de riesgo para el Glaucoma
- Hipertensión ocular.
- Miopía o Hipermetropía altas.
- Córneas delgadas.
- Síndrome de dispersión pigmentaria o pseudoexfoliación.
- Antecedente de traumatismos oculares.
- Edad mayor de 40 años.
- Glaucoma en un familiar directo.
- Afrodescendientes y latinos.
- Diabetes o hipertensión arterial.
- Usuarios de corticoides de forma crónica.
- Enfermedades vasculares.
- Migraña y apnea del sueño.
¿Cuál es la mejor forma de detectar el Glaucoma?
La mejor forma de diagnóstico sigue siendo la oftalmoscopia directa y la indirecta con lámpara de hendidura, toma de presión intraocular, evaluación del ángulo iridocorneal y de las características del nervio óptico como son: color, área de excavación y estado del anillo neurorretiniano, pérdida de capas de fibras nerviosas, hemorragias y atrofia peripapilar, entre otros.
Actualmente, nueva tecnología diagnóstica como estereofotografía y tomografía óptica coherente están disponibles para visualizar con mayor precisión y documentar estos cambios en el disco óptico que junto al examen clínico y campo visual computarizado, predicen el daño y el avance de enfermedad.
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